Mentres el nostre heroic porquet es recull per salvar el món , el seu germà i el seu pare recorren el territori amb un caçapapallones i uns flascons de vidre. Els contactes del Pare Porquet li han avançat una notícia terrible: els mosquits tigre asiàtics escampen veloçment la grip alhora que el tamiflú legal s'exhaureix i es disparen els preus al mercat negre de tamiflú adulterat. Així, els dos tocinets reben l'encàrrec de capturar unes quantes desenes de mosquits tigre per a un laboratori molt interessat a desenvolupar productes rendibles contra els mosquits i la grip porcionaviar. Rendibles vol dir que no acabaran amb els mosquits ni combatran la grip, però almenys faran molts diners amb preparats que alleugiran (una mica) els símptomes i que evitaran (algunes vegades, sota determinades circumstàncies) les conseqüències doloroses de les picades dels mosquits tigre.
El Pare Porquet camina amb dificultat entre els pantans perquè té el cul ple de picades, superposades molt dolorosament les unes a les altres. El seu fill esclata de riure cada cop que li veu la popa, més inflada i rosada que de costum. A ell no el piquen perquè viatja amb el seu pare, que és molt més apetitós. Només han aconseguit capturar un mosquit ridícul que els amenaça furiós agitant el seu cos diminut i ratllat i proferint malediccions que només un altre mosquit podria entendre i dur a la pràctica. El pare Porquet tremola i es cobreix instintivament el cul cada cop que sent els petits crits plens d'odi del mosquit. Una miniatura així, es diu el pare, i el que és capaç de fer-me, a mi, que tinc -tenia- el cul més maco i ferm de la regió! En Berenguer s'atura un moment, arrufa el nas i adverteix el seu sofert progenitor que han d'anar cap al Prat, que allà encara deuen haver-hi alguns pantans per les immediacions de l'aeroport i que entre els núvols de mosquits que era esperable de trobar, seria molt més senzill complir amb la seva missió.
dimarts, de desembre 08, 2009
Soif. What I am
Es extraño ser consciente de que estás en el mundo porque un día, hace mucho tiempo, alguien fue arrancado de su hogar, de su tierra, y que si eso no hubiera sucedido, tú no existirías. Es significativo que uno sea lo que es por cosas que ni siquiera imagina, sucedidas tantísimo antes de nacer. Nuestras vidas están hechas de esa clase de cosas. Cosas que algunos logran convertir en literatura, y otros en meros panfletos.
Pensemos en esas casualidades inverosímiles que llenan las páginas de Dickens. Mero folletín victoriano, pensamos; pero nos encantan. Porque otorgan un sentido a las vidas de los personajes, porque conceden las explicaciones que la vida real nos oculta, porque uno ve que a pesar de todo, de las circunstancias presentes y las pasadas, es posible continuar en pie y que ello se verá recompensado, si no con la felicidad suprema, sí al menos con el conocimiento de los hechos. Y a menudo poder entender algo es más que suficiente para poderlo digerir mejor.
Pensemos en esas casualidades inverosímiles que llenan las páginas de Dickens. Mero folletín victoriano, pensamos; pero nos encantan. Porque otorgan un sentido a las vidas de los personajes, porque conceden las explicaciones que la vida real nos oculta, porque uno ve que a pesar de todo, de las circunstancias presentes y las pasadas, es posible continuar en pie y que ello se verá recompensado, si no con la felicidad suprema, sí al menos con el conocimiento de los hechos. Y a menudo poder entender algo es más que suficiente para poderlo digerir mejor.
Etiquetas:
casualidades,
Dickens,
felicidad,
folletín
dijous, de juny 11, 2009
Monstruos de feria
Qué poco me gusta esa condescendencia del monolingüe que nos dice, a nosotros los bilingües, cuánto nos envidia por ser capaces de tener dos lenguas, bla bla. Qué poco me gusta sentir que se me discrimina en mi bilingüismo. No puedo ni soñar en hacer las mismas o equivalentes actividades indistintamente en ambas lenguas (¿cine?¿televisión?¿prensa?¿libros?¿Justicia?) y encima he de ver cómo se nos trata, se nos considera, como monstruos de feria. Mis derechos lingüísticos sólo funcionan para una sola de mis dos lenguas. Y que conste que mi segunda lengua no es el árabe, ni el chino, ni el urdu, ni siquiera el tamazig. Que conste que nací en este país, del que soy ciudadana y en el que pago mis impuestos, y que mi segunda lengua no la he traído de ninguna nación ajena. Y no puedo elegir cuándo y cómo utilizarla, tan sólo tengo derecho a usarla en los pocos ámbitos en que, a modo de reserva natural, la han recluido (y aún demos gracias por ello, recordando tiempos pasados): el ámbito doméstico, algunas relaciones interpersonales y comerciales y la Administración (eso si el funcionario de turno la utiliza, lo cual me prueba que de imposición lingüística, como algunos esgrimen, nada).
Si me quejo, oigo que mi otra lengua, ésta con la que escribo, está "perseguida" y que el celo por extender o "imponer" mi segunda lengua es excesivo. Cuando pregunto por qué, la única respuesta clara y unánime que se entiende por encima de embrolladas argumentaciones sin sentido es "porque estamos en España". ¿Y qué? Una lengua es una lengua, un país es un país. ¿Por qué tengo que estar obligada a hablar ninguna lengua? Quienes identifican lengua y nación son ellos, no yo. Yo sólo soy un ser bilingüe que quiere tener los mismos derechos para las dos lenguas en el territorio de donde es originaria, casualmente, mi otra lengua y que, por ende, contiene los potenciales hablantes necesarios para ello. No voy a ir a reclamar estos derechos lingüísticos a Singapur, por decir algo, porque sería absurdo, evidentemente. De hecho son más respetados los derechos lingüísticos personales de muchos inmigrantes que ni siquiera hablan la lengua "de verdad", la que vale, porque nadie les obliga a hablarla (claro, no son ciudadanos españoles y por eso la Constitución no les obliga, como a mí, a conocerla... ¿Tendré que emigrar para que la trasnochada y apresuradamente redactada sacrosanta Constitución Española deje de afectarme en materia lingüística, y de paso, en materia monárquica?) y en muchos servicios esas personas pueden incluso disponer de mediadores lingüísticos y culturales para que los pobres no sufran una imposición lingüística indebida claramente discriminatoria. Claro, cómo vamos a pretender que hablen español. Faltaría más, discriminar y estresar de semejante manera a un extranjero residente aquí, en España.
Pues a mí no sólo se me obliga a hablarlo sino que no puedo vivir con normalidad en un plano de igualdad lingüística no discriminatoria entre las dos lenguas. Ni siquiera pido la erradicación territorial del español (que, si sucediera, tampoco sería tan terrible porque no va acabarse el mundo hispanófono por ello), ni me mueven ideales políticos, ya lo he dicho. Lo que quiero es no sentirme un bicho raro, un monstruo de feria porque tengo dos lenguas y quiero vivir con ellas, con ambas. Pretender, por activa o por pasiva, que me rinda a la hegemonía lingüística españolista, es como ser un monstruo con dos cabezas al que le dicen, con una mezcla de espanto y morbosa admiración (y mucha mala leche) acompañadas de una sonrisa cínica: "¡Ya me gustaría a mí también tener dos cabezas, para poder leer con una mientras como con la otra!". Sin embargo, a quienes dirían eso no les parece "normal" y la simple posibilidad de tener dos cabezas les horroriza. Hay que extirpar la anomalía y reconstruir al individuo con una única identidad. Al monstruo bicéfalo no se le conceden dos ciudadanías, dos derechos de voto, uno por cada cabeza. No, al monstruo bicéfalo en realidad se le mira como a un discapacitado (y grotesco): la segunda cabeza es, pues, vista como una discapacidad fea, no como un individuo de pleno derecho. Pues eso exactamente sucede en los bilingües, mirados como curiosidades feriales por parte de los monolingües (aunque hay monolingües excepcionales), que consideran la "otra" lengua del hablante bilingüe una especie de discapacidad. Y eso convierte al bilingüe en una especie de discapacitado, de ciudadano de segunda que no podrá dejar de serlo hasta que no supere su discapacidad y se decida a dejar de lado su insistencia en vivir usando una lengua que, total, sólo le sirve para afearle y complicarle la existencia insanamente.
Viva mi anomalía.
Si me quejo, oigo que mi otra lengua, ésta con la que escribo, está "perseguida" y que el celo por extender o "imponer" mi segunda lengua es excesivo. Cuando pregunto por qué, la única respuesta clara y unánime que se entiende por encima de embrolladas argumentaciones sin sentido es "porque estamos en España". ¿Y qué? Una lengua es una lengua, un país es un país. ¿Por qué tengo que estar obligada a hablar ninguna lengua? Quienes identifican lengua y nación son ellos, no yo. Yo sólo soy un ser bilingüe que quiere tener los mismos derechos para las dos lenguas en el territorio de donde es originaria, casualmente, mi otra lengua y que, por ende, contiene los potenciales hablantes necesarios para ello. No voy a ir a reclamar estos derechos lingüísticos a Singapur, por decir algo, porque sería absurdo, evidentemente. De hecho son más respetados los derechos lingüísticos personales de muchos inmigrantes que ni siquiera hablan la lengua "de verdad", la que vale, porque nadie les obliga a hablarla (claro, no son ciudadanos españoles y por eso la Constitución no les obliga, como a mí, a conocerla... ¿Tendré que emigrar para que la trasnochada y apresuradamente redactada sacrosanta Constitución Española deje de afectarme en materia lingüística, y de paso, en materia monárquica?) y en muchos servicios esas personas pueden incluso disponer de mediadores lingüísticos y culturales para que los pobres no sufran una imposición lingüística indebida claramente discriminatoria. Claro, cómo vamos a pretender que hablen español. Faltaría más, discriminar y estresar de semejante manera a un extranjero residente aquí, en España.
Pues a mí no sólo se me obliga a hablarlo sino que no puedo vivir con normalidad en un plano de igualdad lingüística no discriminatoria entre las dos lenguas. Ni siquiera pido la erradicación territorial del español (que, si sucediera, tampoco sería tan terrible porque no va acabarse el mundo hispanófono por ello), ni me mueven ideales políticos, ya lo he dicho. Lo que quiero es no sentirme un bicho raro, un monstruo de feria porque tengo dos lenguas y quiero vivir con ellas, con ambas. Pretender, por activa o por pasiva, que me rinda a la hegemonía lingüística españolista, es como ser un monstruo con dos cabezas al que le dicen, con una mezcla de espanto y morbosa admiración (y mucha mala leche) acompañadas de una sonrisa cínica: "¡Ya me gustaría a mí también tener dos cabezas, para poder leer con una mientras como con la otra!". Sin embargo, a quienes dirían eso no les parece "normal" y la simple posibilidad de tener dos cabezas les horroriza. Hay que extirpar la anomalía y reconstruir al individuo con una única identidad. Al monstruo bicéfalo no se le conceden dos ciudadanías, dos derechos de voto, uno por cada cabeza. No, al monstruo bicéfalo en realidad se le mira como a un discapacitado (y grotesco): la segunda cabeza es, pues, vista como una discapacidad fea, no como un individuo de pleno derecho. Pues eso exactamente sucede en los bilingües, mirados como curiosidades feriales por parte de los monolingües (aunque hay monolingües excepcionales), que consideran la "otra" lengua del hablante bilingüe una especie de discapacidad. Y eso convierte al bilingüe en una especie de discapacitado, de ciudadano de segunda que no podrá dejar de serlo hasta que no supere su discapacidad y se decida a dejar de lado su insistencia en vivir usando una lengua que, total, sólo le sirve para afearle y complicarle la existencia insanamente.
Viva mi anomalía.
Etiquetas:
bilingüismo,
derechos lingüísticos,
España,
imposición lingüística
dissabte, de juny 06, 2009
Oink!!!... Jesús! (V)
Un matí molt fred d'un diumenge plujós la vila de Besalú va veure una comitiva sorprenent que la travessava. En Jordi, encara abillat amb la bata, ja bruta i gastada, encapçalava una filera de pollets ben ensinistrats però que malgrat l'excel·lent educació vial a què els havia sotmès, eren incapaços de travessar cap indret amb amb discreció. L'única manera que havia trobat en Jordi perquè callessin era fer més escàndol que ells i així, sovint caminava xiulant i cantant amb veu forta maleïnt-se alhora ell mateix, ja que d'aquella manera era impossible passar discretament per enlloc. Feia dos mesos que havia fugit amb els pollets del centre de control d'epidèmies i des d'aleshores havia fet molt de camí, durant el qual s'havia instituït en pare putatiu dels dissortats pollets. El més espavilat de tots ja havia aconseguit pronunciar amb dificultat però voluntat les paraules "Oh estimat pare porquet alliberador". Esclar que pronunciats des del seu petit bec aquests mots sonaven més aviat "Op pippiu pi piu pipipippiu!", però no podem deixar de constatar el doll de llàgrimes emocionades que va brollar dels cansats ulls del no menys fatigat i orgullós porquet P.P.
Feia dies que ja no se sabia gaire cosa del brot superpandèmic de la grip porcina-aviar-mexicana i, per cert, els passatgers de l'avió de la quarantena encara hi eren, amb l'esforçat inspector que els va retenir, sense que ningú més se n'hagués recordat mai més. Quan van acabar les provisions que els havien deixat, als quinze dies, es van plantejar una dieta antropofàgica que no va ser gaire votada malgrat l'entusiasme d'un dels pilots que en feia campanya. Però els paperets no enganyen, i quan tots van dipositar els seus vots escrits en trossets del darrer rotllo de paper higiènic i una de les hostesses va fer-ne el recompte, l'opció més votada va ser el campi-qui-pugui defensat per l'altre pilot com a cap de llista. No obstant aquest resultat tan clar, resultava difícil complir el (necessàriament) mínim programa electoral. No tenien ni idea d'on eren, ja que havien fet aterrar l'avió lluny de l'aeroport i de cap zona civilitzada. Podien ser al Senegal. Podien ser a Salamanca. Podien ser a València. Així, es va constituir un tripartit per part dels altres tres candidats que va desbancar l'opció legítimament guanyadora, i si bé el pilot antropofàgic va prometre no menjar cap ésser humà en un període raonable de temps, va exigir, a canvi de la seva adhesió al tripartit (sense ell, bipartit), que sortissin de l'avió a fer una vida més adient a les seves necessitats; podien viure de nit a l'avió i de dia dedicar-se a recórrer el terreny per cercar menjar i qualsevol senyal de vida humana. Finalment, tots es van posar d'acord i van començar la seva nova vida d'indigència com a pàries de la grip que, per cert, no tenien ni havien tingut en cap moment.
Tornem ara al nostre heroi, que s'ha assegut a prendre repòs en la companyia confortadora dels seus pollets a l'ombra d'una parròquia. L'aspecte que ofereixen també és d'indigència i un perxeró que passava es compadiu dels pobres pelegrins. "On aneu, i per què hi aneu, amics? Us heu perdut? O feu camí cap a algun santuari?", va demanar solemne i amb la correcció dels que, malgrat dur vides dures i fer feines feixugues, mantenen una educació i un tracte exquisits amb els forasters. "Jo només sóc un pobre perxeró però us puc oferir aixopluc fins que torni a sortir el sol i, si no sou maniàtics, algua cosa per menjar també. Em fa patir que viatgeu amb criatures sense cap mitjà ni recer, i em demano quin és el motiu d'aquest viatge sorprenent", i delicadament va empènyer en Jordi per l'espatlla dreta i va esperar que el porquet recollís la colla de pollets que corrien infatigables pertot i els fiqués a les seves alforges. Després, van fer el camí lentament l'un al costat de l'altre fins a la quadra del cavall. El porquet estava molt, molt, molt cansat...
Feia dies que ja no se sabia gaire cosa del brot superpandèmic de la grip porcina-aviar-mexicana i, per cert, els passatgers de l'avió de la quarantena encara hi eren, amb l'esforçat inspector que els va retenir, sense que ningú més se n'hagués recordat mai més. Quan van acabar les provisions que els havien deixat, als quinze dies, es van plantejar una dieta antropofàgica que no va ser gaire votada malgrat l'entusiasme d'un dels pilots que en feia campanya. Però els paperets no enganyen, i quan tots van dipositar els seus vots escrits en trossets del darrer rotllo de paper higiènic i una de les hostesses va fer-ne el recompte, l'opció més votada va ser el campi-qui-pugui defensat per l'altre pilot com a cap de llista. No obstant aquest resultat tan clar, resultava difícil complir el (necessàriament) mínim programa electoral. No tenien ni idea d'on eren, ja que havien fet aterrar l'avió lluny de l'aeroport i de cap zona civilitzada. Podien ser al Senegal. Podien ser a Salamanca. Podien ser a València. Així, es va constituir un tripartit per part dels altres tres candidats que va desbancar l'opció legítimament guanyadora, i si bé el pilot antropofàgic va prometre no menjar cap ésser humà en un període raonable de temps, va exigir, a canvi de la seva adhesió al tripartit (sense ell, bipartit), que sortissin de l'avió a fer una vida més adient a les seves necessitats; podien viure de nit a l'avió i de dia dedicar-se a recórrer el terreny per cercar menjar i qualsevol senyal de vida humana. Finalment, tots es van posar d'acord i van començar la seva nova vida d'indigència com a pàries de la grip que, per cert, no tenien ni havien tingut en cap moment.
Tornem ara al nostre heroi, que s'ha assegut a prendre repòs en la companyia confortadora dels seus pollets a l'ombra d'una parròquia. L'aspecte que ofereixen també és d'indigència i un perxeró que passava es compadiu dels pobres pelegrins. "On aneu, i per què hi aneu, amics? Us heu perdut? O feu camí cap a algun santuari?", va demanar solemne i amb la correcció dels que, malgrat dur vides dures i fer feines feixugues, mantenen una educació i un tracte exquisits amb els forasters. "Jo només sóc un pobre perxeró però us puc oferir aixopluc fins que torni a sortir el sol i, si no sou maniàtics, algua cosa per menjar també. Em fa patir que viatgeu amb criatures sense cap mitjà ni recer, i em demano quin és el motiu d'aquest viatge sorprenent", i delicadament va empènyer en Jordi per l'espatlla dreta i va esperar que el porquet recollís la colla de pollets que corrien infatigables pertot i els fiqués a les seves alforges. Després, van fer el camí lentament l'un al costat de l'altre fins a la quadra del cavall. El porquet estava molt, molt, molt cansat...
Etiquetas:
grip mexicana,
grip porcina,
gripe porcina,
Tamiflu
dimecres, de maig 20, 2009
Oink!!... Jesús! (IV)
A tot porquet de bé li arriba el seu Sant Martí, com recordava sempre la mare d'en Jordi en les oracions que li va ensenyar de garrinet. Així, un bon dia en comptes del senyor dels guants vermells el nostre heroi involuntari va veure aparèixer un senyor de guants negres i davantal de cuiro, per cert molt brut. El senyor dels guants negres no semblava content, però tampoc enfadat. Li va dir, agafant-lo amb brusquedat per una poteta: "Que consti que no és res personal, només és la meva feina; espero que ho sabrà entendre i perdonar, senyor Porquet". Això va resultar sospitós al porquet, que es va resistir en va xisclant com un porquet ben educat. I com que va veure que no servia de res, va clavar al senyor que no tenia motius personals una mossegada en un lloc inoportú que va endevinar per sota del davantal. Això va fer que el deixés anar, xisclant al seu torn el senyor, també inútilment. En Jordi va fugir corrents, mentre cridava que ell tampoc tenia motius personals i que el perdonés, però que feia tard a un lloc i la seva presència era inexcusable. Potrom amunt pel passadís, potrom avall, va buscar desesperat una porta, una finestra, alguna sortida d'alguna mena, sense sort. Al final del passadís, per fi, va trobar una porta que el va conduir a la sala dels pollets. En Jordi desconeixia l'existència d'aquells centenars de pollets injectats a l'ou amb la seva sang per comprovar si s'encomanaven de la grip que se suposava que encomanava el nostre amic. Horroritzat, es va fer el propòsit lloable de salvar tots aquells pollets i dur-los a viure a casa dels seus pares. Encara duia la bata i va començar a atapeir-se les butxaques de pollets i més pollets que feien uns pius pius embogidors i que el posaven encara més frenèticament a recollir pollets. A mesura que els anava entaforant a la bata se li anaven escapant i el porquet encara es posava més frenètic perquè aquells pollets ximples no eren capaços d'estar en silenci quan ELL els estava intentant rescatar.
Mentrestant, a la fàbrica de Tamiflú, la porquicia interrogava el Porquet Emmascarat i el Pare del Porquet Emmascarat, sense entendre perquè el Pare del Porquet Emmascarat no duia màscara.
Mentrestant, a la fàbrica de Tamiflú, la porquicia interrogava el Porquet Emmascarat i el Pare del Porquet Emmascarat, sense entendre perquè el Pare del Porquet Emmascarat no duia màscara.
Etiquetas:
grip mexicana,
gripe mexicana,
gripe porcina,
Tamiflu grip porcina
dissabte, de maig 09, 2009
Oink!!!... Jesús! (III)
És negra nit i el Porquet Emmascarat i el seu fidel Pare rebenten la tanca de ferro de la fàbrica clandestina de Tamiflú en terres del Penedès, sota l'aparença respectable d'una bodega. El Porquet du sota el braç l'última edició de La Porquetlàndia, on es denuncia el contraban de Tamiflú en males condicions i el descobriment de Tamiflú adulterat entre la mercaderia de camells reconeguts. Per sort a la Porkipèdia sortia amb tot luxe de detalls la ubicació geogràfica del laboratori dels desaprensius criminals. Malauradament, el que la Porkipèdia no explicava és que la fàbrica era custodiada per un exèrcit d'oques furibundes que, a més, van muntar un escàndol que va destrossar els nervis del pobre Pare del Porquet Emmascarat i va alertar els guàrdies, que es van presentar immediatament per retenir els intrusos. El Pare Porquet, presa de nou del seu trastorn obsessiu compulsiu, no va poder evitar ajupir-se a recomposar la tanca que havien forçat per entrar al recinte, convertit en un incomprensible molinet d'activitat febril per als estupefactes vigilants. El Porquet Emmascarat va intentar salvar la situació: Mirin, és que de lluny hem vist que la tanca estava trencada i esclar... el meu pare, que és molt bon porquet i molt treballador no ha tolerat la idea que passéssim de llarg sense posar-hi remei...
Mentrestant, molt lluny d'allà (com a mínim a Martorell), el nostre heroi demana el seu tercer sopar i treu panxa esforçadament abans d'oferir el seu cul gros, rosat i ferm al senyor dels guants vermells. En Jordi ha decidit treure partit de la situació, ja que ha descobert que mentre no es posa malalt i el van punxant, també li van donant menjars variats i li deixen repetir i tot. Ai, amic meu, li diu el dels guants vermells, has de fer sang, has de fer molta sang perquè la puguem injectar en els nostres ous de pollets i veure si tens el virus mentre esperem si emmalalteixes. I si no et poses malaltó... viuràs feliç fins a ser un bon pernil! En Jordi, pragmàtic, va demanar més patates amb porros i mongetes ja sense immutar-se per l'habitual punxada cular.
Els titulars dels diaris més importants van treure en portada la notícia de l'assalt a la fàbrica de Tamiflú, però en Jordi no llegia mai la premsa de filiació no porquista, perquè li semblava una traïció als seus ideals com a membre d'un poble oprimit.
Mentrestant, molt lluny d'allà (com a mínim a Martorell), el nostre heroi demana el seu tercer sopar i treu panxa esforçadament abans d'oferir el seu cul gros, rosat i ferm al senyor dels guants vermells. En Jordi ha decidit treure partit de la situació, ja que ha descobert que mentre no es posa malalt i el van punxant, també li van donant menjars variats i li deixen repetir i tot. Ai, amic meu, li diu el dels guants vermells, has de fer sang, has de fer molta sang perquè la puguem injectar en els nostres ous de pollets i veure si tens el virus mentre esperem si emmalalteixes. I si no et poses malaltó... viuràs feliç fins a ser un bon pernil! En Jordi, pragmàtic, va demanar més patates amb porros i mongetes ja sense immutar-se per l'habitual punxada cular.
Els titulars dels diaris més importants van treure en portada la notícia de l'assalt a la fàbrica de Tamiflú, però en Jordi no llegia mai la premsa de filiació no porquista, perquè li semblava una traïció als seus ideals com a membre d'un poble oprimit.
Etiquetas:
grip mexicana,
grip porcina,
gripe mexicana,
gripe porcina,
Tamiflu
dissabte, de maig 02, 2009
Oink!!!...Jesús! (II)
Mentrestant, a Can Porquet, la Mare Porquet plora amb angoixa davant del televisor cada cop que apareixen les novetats sobre la grip mexicana (per respecte a la família Porquet la grip mexicana sempre serà per a nosaltres grip mexicana, no porcina) i el Pare Porquet mou el cap amb tristesa alhora que barra portes i finestres per impedir que els vinguin a buscar, com sempre que hi havia malalties inexplicables a la Comarca. Però avui és un dia especial i infaust: pare i mare es queden porcabadats quan veuen les imatges del seu fill sortint emmanillat de l'avió provinent de Mèxic i, encara sense creure el que veuen, ploren abraçats amb desconsol unes quantes hores, fins que s'adonen que tenen gana i esclar, per a un Porquet de bé, de costum i tradició, l'hora de sopar és imperdonable. Com sempre, el germà rasta del nostre heroi arriba tard a sopar, molt més tard que de costum (ja que ha hagut de desbarrar la porta per poder entrar, perquè el seu Pare, dut pel seu trastorn obsessiu compulsiu barraportes, no hi ha pensat).
Després d'uns quants oinks reprobatoris, Berenguer (que així es diu el germà del nostre heroi) acusa els seus pares de ser burgesos passius i servils amb l'Estat que, al cap i a la fi, l'únic que fa per la seva raça és immortalitzar-los en forma de macos pernils. No cal dir que això toca la fibra del seu digne Pare i que de seguida comença una batalla campal entre Pare i fill, com totes les batalles que hi ha hagut a la història entre els pares i els seus fills adolescents. Finalment, esgotats, tristos i derrotats per les circumstàncies, s'abracen i ploren plegats. La Mare Porquet xiscla que no permeti el déu dels porquets que la converteixin en pernil sense haver tornat a veure el seu malaurat fill gran Jordi (que així es diu el nostre heroi tancat a la seu del control de malalties infeccioses). El Pare Porquet agafa el seu mòbil i truca a un amic seu que treballa en uns laboratoris d'investigació de vacunes i Berenguer es connecta a la Porkipèdia per recollir informació. La Mare Porquet fa un pastís, perquè a Can Porquet es mantenen les tradicions familiars i cada diumenge toca fer un pastís.
Al mateix temps, el porquet Jordi plora amb desconsol quan el senyor emmascarat de la bata blanca i guants vermells el punxa al cul per enèsima vegada. El senyor emmascarat en el fons no és mala persona i intenta consolar-lo com pot: Veus, amiguet? Què són unes punxadetes comparades amb la màquina de trinxar porquets malalts que tenim a l'edifici del costat? Mentre et tinguem aquí només et punxarem... això sí, compte amb esternudar, amiguet, que ja saps on van els porquets malaltons. Jordi s'aferra al braç del senyor emmascarat, crida i plora: Jo no estic malalt!! No estic malalt!!! Vull que em deixin trucar a la meva família, que no saben on sóc!!!... Ah, i començo a tenir gana. La Mama de ben segur que estarà fent el pastís per demà, i m'ho estic perdent!!
Després d'uns quants oinks reprobatoris, Berenguer (que així es diu el germà del nostre heroi) acusa els seus pares de ser burgesos passius i servils amb l'Estat que, al cap i a la fi, l'únic que fa per la seva raça és immortalitzar-los en forma de macos pernils. No cal dir que això toca la fibra del seu digne Pare i que de seguida comença una batalla campal entre Pare i fill, com totes les batalles que hi ha hagut a la història entre els pares i els seus fills adolescents. Finalment, esgotats, tristos i derrotats per les circumstàncies, s'abracen i ploren plegats. La Mare Porquet xiscla que no permeti el déu dels porquets que la converteixin en pernil sense haver tornat a veure el seu malaurat fill gran Jordi (que així es diu el nostre heroi tancat a la seu del control de malalties infeccioses). El Pare Porquet agafa el seu mòbil i truca a un amic seu que treballa en uns laboratoris d'investigació de vacunes i Berenguer es connecta a la Porkipèdia per recollir informació. La Mare Porquet fa un pastís, perquè a Can Porquet es mantenen les tradicions familiars i cada diumenge toca fer un pastís.
Al mateix temps, el porquet Jordi plora amb desconsol quan el senyor emmascarat de la bata blanca i guants vermells el punxa al cul per enèsima vegada. El senyor emmascarat en el fons no és mala persona i intenta consolar-lo com pot: Veus, amiguet? Què són unes punxadetes comparades amb la màquina de trinxar porquets malalts que tenim a l'edifici del costat? Mentre et tinguem aquí només et punxarem... això sí, compte amb esternudar, amiguet, que ja saps on van els porquets malaltons. Jordi s'aferra al braç del senyor emmascarat, crida i plora: Jo no estic malalt!! No estic malalt!!! Vull que em deixin trucar a la meva família, que no saben on sóc!!!... Ah, i començo a tenir gana. La Mama de ben segur que estarà fent el pastís per demà, i m'ho estic perdent!!
Etiquetas:
grip mexicana,
grip porcina,
gripe mexicana,
gripe porcina,
Tamiflu
divendres, de maig 01, 2009
Oink!!!... Jesús! (I)
L'inspector de policia va entrar a la cabina del pilot i va tancar la porta darrere seu. Fora, l'hostessa repetia amb neguit mal dissimulat que cap dels passatgers podria baixar de l'avió fins que l'aeroport i les autoritats sanitàries ho autoritzessin. Per contenir el previsible i comprensible amotinament, uns quants policies antiavalots passajaven amunt i avall per la nau. L'aterratge havia estat gairebé d'emergència, ja que tan bon punt van comunicar a la base el que havien trobat, els van denegar l'entrada a la pista d'aterratge i els van comminar a aterrar en un terreny pla a uns deu quilòmetres de l'aeroport. Immediatament van comunicar la seva posició per permetre l'arribada de la policia i l'equip sanitari especial.
L'inspector es prenia molt seriosament la seva feina, per bé que el pilot i el copilot havien de reprimir la riallada que els causava la parafernàlia amb què havia abordat la nau. El policia havia hagut de sortir corrents cap a l'avió en quarentena i els de l'equip sanitari especial l'havien equipat amb una protecció suposadament infalible contra la grip mexicana: des dels temps de la peste bubònica no s'havien vist màscares ni vestits tan originals. On és, el malparit?, va deixar anar de cop, sense fer cap pregunta o comentari previ perquè la màscara amb forma de bec d'ocell li relliscava i l'havia d'anar tornant a posar a lloc i això l'estava irritant. El pilot i el copilot es van mirar i van respondre que no l'havien fet sortir del seu amagatall per por raonable al contagi, que el trobarien al ventre de l'avió, amb els equipatges. No creien que fos perillós en ell mateix, perquè per les càmeres de vigilància (que era com l'havien detectat) semblava inofensiu, pacífic. Era una llàstima, en la seva opinió, que se l'hagués d'endur l'equip sanitari especial amb l'ajut de la policia, però que si això els permetia a ells continuar el viatge...
Ni parlar-ne!, va respondre l'inspector, tots vostès s'han de quedar quaranta dies com a mínim aquí fins que puguem garantir que estan sans! I dit això, va donar instruccions amb un arcaic walkie-talkie als seus homes, que esperaven avorrits poder entrar en acció. El pilot i el copilot es van mirar (feia molts dies que no estaven amb les seves famílies i una quarantena se'ls feia intolerable) i com un sol home van arrencar-li la màscara a l'inspector, que es va resistir inútilment. Ara, ja pot posar les quarantenes que vostè vulgui, li van dir, fent cas omís de les amenaces de denúncies de l'esgarrifat policia.
Mentrestant, a la bodega de l'avió, els policies intentaven convèncer el passatger il·legal que es deixés posar les manilles i que els acompanyés voluntàriament fins a l'ambulància esterilitzada que els esperava fora. Però el sospitós corria amb agilitat inesperada en algú de la seva constitució saltant per entre les maletes i paquets. Oink! Jo no he fet res, deia esbufegant, oink, jo estic perfectament! Van caldre quatre torns de policies fins que el porquet, esgotat, es va deixar emmanillar i conduir dòcil fins a l'ambulància, amb llagrimetes als ulls. Oink... si jo només volia veure món... snif, gemegava mentre els policies, sobtadament entendrits, li donaven copets d'ànims a l'espatlla. Alguns dels policies també van plorar una mica, perquè els havia tocat quedar-se a l'avió per fer que la quaratena es complís, i com que els havia tocat, no els havien donat equipament antivirus contagiosos perquè es va considerar innecessari.
El porquet va ser dut veloçment al Quarter General de Control contra Epidèmies Desconegudes Propagades per Estrangers (d'ara endavant, Q.G.C.E.D.P.E.). El porquet inútilment protestava que ell no era estranger, que era ben català (com ho demostrava el seu excel·lent oink), que havia anat de vacances a Mèxic i que ara que tornava l'havien fet presoner injustament. Injust o no, senyor meu, li va respondre asprament el Director del Q.G.C.E.D.P.E., vostè és un porquet, i amb això està tot dit!!!. Plorava i plorava el porquet i demanava veure la seva mare, sense causar cap compassió en l'implacable Director del Q.G.C.E.D.P.E., que tenia plans sinistres per al nostre innocent i jove tocinet.
L'inspector es prenia molt seriosament la seva feina, per bé que el pilot i el copilot havien de reprimir la riallada que els causava la parafernàlia amb què havia abordat la nau. El policia havia hagut de sortir corrents cap a l'avió en quarentena i els de l'equip sanitari especial l'havien equipat amb una protecció suposadament infalible contra la grip mexicana: des dels temps de la peste bubònica no s'havien vist màscares ni vestits tan originals. On és, el malparit?, va deixar anar de cop, sense fer cap pregunta o comentari previ perquè la màscara amb forma de bec d'ocell li relliscava i l'havia d'anar tornant a posar a lloc i això l'estava irritant. El pilot i el copilot es van mirar i van respondre que no l'havien fet sortir del seu amagatall per por raonable al contagi, que el trobarien al ventre de l'avió, amb els equipatges. No creien que fos perillós en ell mateix, perquè per les càmeres de vigilància (que era com l'havien detectat) semblava inofensiu, pacífic. Era una llàstima, en la seva opinió, que se l'hagués d'endur l'equip sanitari especial amb l'ajut de la policia, però que si això els permetia a ells continuar el viatge...
Ni parlar-ne!, va respondre l'inspector, tots vostès s'han de quedar quaranta dies com a mínim aquí fins que puguem garantir que estan sans! I dit això, va donar instruccions amb un arcaic walkie-talkie als seus homes, que esperaven avorrits poder entrar en acció. El pilot i el copilot es van mirar (feia molts dies que no estaven amb les seves famílies i una quarantena se'ls feia intolerable) i com un sol home van arrencar-li la màscara a l'inspector, que es va resistir inútilment. Ara, ja pot posar les quarantenes que vostè vulgui, li van dir, fent cas omís de les amenaces de denúncies de l'esgarrifat policia.
Mentrestant, a la bodega de l'avió, els policies intentaven convèncer el passatger il·legal que es deixés posar les manilles i que els acompanyés voluntàriament fins a l'ambulància esterilitzada que els esperava fora. Però el sospitós corria amb agilitat inesperada en algú de la seva constitució saltant per entre les maletes i paquets. Oink! Jo no he fet res, deia esbufegant, oink, jo estic perfectament! Van caldre quatre torns de policies fins que el porquet, esgotat, es va deixar emmanillar i conduir dòcil fins a l'ambulància, amb llagrimetes als ulls. Oink... si jo només volia veure món... snif, gemegava mentre els policies, sobtadament entendrits, li donaven copets d'ànims a l'espatlla. Alguns dels policies també van plorar una mica, perquè els havia tocat quedar-se a l'avió per fer que la quaratena es complís, i com que els havia tocat, no els havien donat equipament antivirus contagiosos perquè es va considerar innecessari.
El porquet va ser dut veloçment al Quarter General de Control contra Epidèmies Desconegudes Propagades per Estrangers (d'ara endavant, Q.G.C.E.D.P.E.). El porquet inútilment protestava que ell no era estranger, que era ben català (com ho demostrava el seu excel·lent oink), que havia anat de vacances a Mèxic i que ara que tornava l'havien fet presoner injustament. Injust o no, senyor meu, li va respondre asprament el Director del Q.G.C.E.D.P.E., vostè és un porquet, i amb això està tot dit!!!. Plorava i plorava el porquet i demanava veure la seva mare, sense causar cap compassió en l'implacable Director del Q.G.C.E.D.P.E., que tenia plans sinistres per al nostre innocent i jove tocinet.
Etiquetas:
grip,
grip mexicana,
grip porcina,
gripe mexicana,
gripe porcina,
quarantena,
Tamiflu
dissabte, d’abril 18, 2009
Verbofagia
Nos alimentamos de palabras. A menudo no nos bastan las de un solo idioma, y casi siempre resulta imposible saciarnos. Igual que las comemos, las vomitamos en accesos grafomaníacos inevitables, en un proceso de peculiar digestión. Las palabras nos hacen sentir acariciados, tocados por los dioses, geniales, estimulados. Con cierta frecuencia, también las palabras nos "ponen", nos estimulan mentalmente y sexualmente de modos que no podemos compartir (ni tan siquiera hacer entender) excepto con otros conciudadanos de Verbolandia. Sólo quienes vivimos en esa tierra extraña podemos sentir y comprender lo que es ser poseído por las palabras hasta extremos casi de adicto que se regodea en un vicio sucio pero gratificante.
Cuando leemos escritos ajenos con emoción contenida y nos complacemos profundamente por el manejo del lenguaje que revelan sin duda entramos en una especie de éxtasis gozoso de difícil definición. No somos, pues, apátridas, no. Somos ciudadanos del extenso país que es el lenguaje, todos con ese punto anarco y sórdido, morboso e intenso, que nos hace buscar estímulos escritos con que llenar por completo nuestras circunvoluciones cerebrales en el coito más profundo y orgásmico, el coito mental. Y no me estoy refiriendo al gusto por la literatura erótica o las palabras fuertes, sino al mero placer que el uso del lenguaje nos proporciona en sí mismo. ¿Acaso no leemos a veces escritos que nos hacen exclamar "¡yo querría haber escrito eso!"? Ese placer no es comparable a ninguno; es, sencillamente, diferente.
Por encima de nuestras naciones de nacimiento geográfico, de nuestras lenguas habituales, de los lugares donde habitamos físicamente, todos los verbófagos pertenecemos a una misma especie y nación.
Cuando leemos escritos ajenos con emoción contenida y nos complacemos profundamente por el manejo del lenguaje que revelan sin duda entramos en una especie de éxtasis gozoso de difícil definición. No somos, pues, apátridas, no. Somos ciudadanos del extenso país que es el lenguaje, todos con ese punto anarco y sórdido, morboso e intenso, que nos hace buscar estímulos escritos con que llenar por completo nuestras circunvoluciones cerebrales en el coito más profundo y orgásmico, el coito mental. Y no me estoy refiriendo al gusto por la literatura erótica o las palabras fuertes, sino al mero placer que el uso del lenguaje nos proporciona en sí mismo. ¿Acaso no leemos a veces escritos que nos hacen exclamar "¡yo querría haber escrito eso!"? Ese placer no es comparable a ninguno; es, sencillamente, diferente.
Por encima de nuestras naciones de nacimiento geográfico, de nuestras lenguas habituales, de los lugares donde habitamos físicamente, todos los verbófagos pertenecemos a una misma especie y nación.
dilluns, d’abril 13, 2009
La Lolita que no va ser Lolita
Mai l'I. no em va dir aleshores pel nom com ho feia Humbert Humbert. Esclar que jo tampoc no em dic Lo-Li-ta. I ell mai no va tenir cap interès a convertir-me en literatura, però em va donar la possibilitat de fer-ne, al cap dels anys. Llàstima que no ho vaig saber veure, llàstima que no ho vaig saber aprofitar. Llàstima que ara és massa tard per tot. El que és interessant és l'evolució de la meva relació amb en I. al llarg del temps. Ara, potser perquè s'ha fet gran, ja no és tan brutal i en canvi sovint és inesperadament carinyós, tendre, com no ho havia estat mai abans, quan utilitzava el meu cos i no volia la meva ment perquè sabia que jo ja tenia la seva, que ell em pertanyia encara que semblés el contrari. Però en realitat de qui jo volia parlar aquí avui és de R., però ho he de deixar per una altra estona perquè ja s'ha fet tard.
En referència a Le Chevalier de la Charrette...
Abans de saber ni que existia l'esforçat Cavaller de la Carreta, molt abans del big bang que va crear el món, jo ja havia escrit això:
"Mi ideal del guerrero es el que afronta las cosas cuando vienen, y lucha si hay que hacerlo, pero no inútilmente. Mi ideal de guerrero jamás se ve turbado por dolores físicos ni por los tormentos del alma. Seguramente, en el fondo, mi ideal de guerrero no alberga en su seno ningún sentimiento, ni siquiera odio, a excepción del sentimiento tenaz de apego a la vida."
dilluns, de març 30, 2009
Jaume I
Acabo de descobrir si n'era, de singular i irrepetible el rei en Jaume, nascut a Montpeller de mare occitana, arrencat dels braços d'aquesta als tres anys pel seu propi pare, que el va lliurar al seu futur assassí, Simon de Montfort, tots dos de la mateixa calanya. Per fortuna, als sis anys Jaume va poder sortir de la tutoria forçosa de l'assassí del seu pare Pere gràcies a la intervenció dels seus partidaris, que van pressionar el seu carceller i van tancar el jove rei en una altra presó, el monestir templer aragonès on va dur una vida austera, marcial i profundament religiosa en companyia del seu cosí. I novament va poder escapar d'aquesta vida aïllada i miserable per poder ser el gran rei que va ser. El rei que, tot i haver heretat el seu regne, en realitat el va conquerir de nou, el va eixamplar i el va enriquir, ja que el que li havia deixat el seu indigne pare no eren sinó les deixalles pobres, podrides i esquerdades del que havia estat un regne més esplendorós. Jaume I va ser rei de facto als 10 anys, quan va sortir del monestir templer, i als 21 anys va sortir victoriós de la batalla contra els infidels a Portopí, on va poder demostrar la seva temeritat eficaç, les seves bones aptituds de cavaller i la seva (paradoxal) ànima sensible i assenyada. Podem imaginar el rei Jaume, més encara esperonat per la fiercé dels seus vint-i-un anys, cruel, destructor, fred, calculador, ambiciós. I la sensació que queda llegint els seus Feyts no és justament aquesta, sinó la d'un home que vivia intensament, que es donava a la vida per complet en tot moment: en la batalla, en el dolor, en el plaer, en la sensació animal de la gana i el fred i l'aire a la cara i els estels dalt del cel. Totes aquestes coses consigna, el rei. Tot el que forma part de la seva experiència vital com a home viu, no només com a home d'estat. Aquesta és la modernitat sorprenent del rei Jaume I; es pren la molèstia d'escriure sobre les seves coses, i ho fa personalment, amb la seva pròpia mà. Ell, poc educat, poc habituat a la Cort. I ho fa en català, justament en català, i no en occità, la seva llengua materna, ni en francès, llengua del seu tutor forçós, ni en aragonés, la llengua dels templers que el van acollir després.
Tenint en compte les circumstàncies tràgiques de la seva concepció i infantesa, i la seva solitud, se'n va sortir prou bé. Molt bé, de fet. Excepcionalment bé; no es va deixar véncer mai pel desànim, la desesperança, la por, la negligència, i va emprar l'únic antídot eficaç contra la lassitud d'ànim: el treball, el moviment, l'assoliment d'objectius. Chapeau!. Hem de prendre el jove Jaume com a exemple de tenacitat i capacitat de treball, de voluntat i organització mental. I malgrat la seva vida agitada encara tenia temps i ganes, al final, de dedicar-se a deixar-la escrita. Un rei que té necessitat no només de governar sinó també d'expressar-se, i ho fa en un llenguatge planer, amb un estil deslligat però útil al seu propòsit i retrata els seus fets, però també a ell mateix. Molt i molt recomanable.
dissabte, de març 14, 2009
Le Chevalier de la Charrette
Le Chevalier de la Charrette, también conocido como Lancelot du Lac, es el héroe a quien paradójicamente ya le da igual todo. Es héroe a su pesar, y precisamente por eso puede ser héroe. Sólo cuando nos volvemos indiferentes y dejan de atenazarnos temores y deseos podemos actuar realmente al margen de las consecuencias, sin que nos importen o preocupen, y eso permite realizar actos que serán vistos por los espectadores como heroicos, cuando no temerarios. ¿Por qué Lancelot se sume en este estado en que le importa lo mismo vivir que morir? Simplemente, porque ha llegado a su límite como ser humano, como caballero, como fin'amant, porque se deshonró subiendo a una carreta infamante para poder acudir al rescate de su reina, quien luego precisamente le desprecia por ello, por ser débil y no mantenerse firme como le corresponde. Lancelot ha llegado a un extremo de degradación moral y personal que le hace actuar como un autómata, sin ganas de vivir, pero también sin especiales ganas de morir. Como sin objetivo todo sí resultaría de una inutilidad absoluta, se mantiene firme únicamente en lo que respecta a la consecución de su propósito inicial, aunque ya vacío de la pasión que le movió un día. Rescatará a la reina para que vuelva con su rey y optará a una única noche de gozo supremo que le devolverá momentáneamente sus sentidos, sus capacidades, su de nuevo paradójica nobleza, sólo recuperada mediante el adulterio que debería deshonrarle.
Pero Lancelot se pierde nuevamente, y esta vez sin remisión, ya que sabe que no volverá a solazarse con la reina. Otra vez Lancelot cae en la apatía, en la indiferencia, en el heroismo aparente. No nos engañemos, Lancelot no es un héroe, simplemente es que le da igual todo. Es fácil ser un héroe cuando no te importan las consecuencias de tus actos, ni temes por tu vida porque vivir o morir te resulta indiferente: las conductas de riesgo dejan de parecértelo. Y algunas de esas conductas arriesgadas dan frutos que serán admirados y magnificados luego mientras que para el supuesto héroe no han significado nada, ni las ha hecho pretendiendo nada.
Pero Lancelot se pierde nuevamente, y esta vez sin remisión, ya que sabe que no volverá a solazarse con la reina. Otra vez Lancelot cae en la apatía, en la indiferencia, en el heroismo aparente. No nos engañemos, Lancelot no es un héroe, simplemente es que le da igual todo. Es fácil ser un héroe cuando no te importan las consecuencias de tus actos, ni temes por tu vida porque vivir o morir te resulta indiferente: las conductas de riesgo dejan de parecértelo. Y algunas de esas conductas arriesgadas dan frutos que serán admirados y magnificados luego mientras que para el supuesto héroe no han significado nada, ni las ha hecho pretendiendo nada.
Etiquetas:
amor cortés,
Caballero de la carreta,
héroe,
indiferencia,
Lancelot
divendres, de març 06, 2009
La meva addicció
Una tarda esgotadora. Físicament i moralment esgotadora. Com pot resultar una activitat tan extenuant i alienant anar a les llibreries? En aparença era senzill: acabar la pràctica de cotxe, anar a la llibreria universitària Alibri i a Abacus, al mateix carrer Balmes. Senzill. Ja per començar, però, no he tingut un dia gaire fi conduint, i he sortit del cotxe literalment corrents, sense adonar-me'n; després m'he fet un fart de caminar perquè no he trobat l'Alibri en el lloc on em semblava que havia de ser-hi, a causa d'unes obres que m'han desorientat (és el meu destí desorientar-me cada cop que topo amb unes obres per on passo) i per tal de no fer tantes voltes he enfilat cap amunt i he anat directament a Abacus, per no caminar més del que fos imprescindible, guardant-me les energies per a la recerca dels llibres que em calen. És curiós: sé que aquest Abacus és molt amunt, però sempre em sorprèn quan passo cantonades i cantonades de l'Eixample i sembla que no hi arribo mai. I total, per res: hi havia ben poca cosa, i res del que jo buscava. Aquest Abacus abans em semblava més solvent, però avui he vist que deixa que desitjar (si és que això es pot dir en català) i té el punt negligent que ja tenen els altres des de fa temps. Així doncs, n'he sortit desesencantada i m'he encaminat cap a Alibri, aquest cop amb els ulls ben oberts per no tornar a desorientar-me quan arribés a les obres.
Finalment, ho he trobat. Evidentment, la llibreria no s'havia mogut, però a causa d'unes altres obres que en tapen l'entrada, era complicat de veure-la. A dins, m'he tornat a desencantar. És una llibreria universitària, i en canvi semblava la llibreria d'El Corte Inglés en època de rebaixes: poca cosa, no gaire ben col·locada ni senyalitzada, i cap dels llibres que venia a cercar. N'he sortit profundament cansada de fer voltes pel carrer i per dins de les llibreries, mirant llibres a les seccions desencisadores, i amb una desesma personal molt anul·ladora. Per sort la parada del bus per tornar a casa la tenia al costat, a la Gran Via, i per sort també el 62 ha vingut mentre anava cap a la parada. He pogut seure i tancar els ulls uns minuts i abandonar-me a l'esgotament amb el pensament posat només a arribar a casa, a casa, a casa. I quedar-me a soles amb mi mateixa, perquè se m'ha fet intolerable aquesta tarda al carrer, la vista de la gent, el moviment incessant i estressador del carrer Balmes, de la Gran Via, amb el cap dens, pesat, la vista ennuvolada, la consciència un pèl estabornida.
Em calia la pau. El silenci, el recolliment. Em calia la meva dosi per sentir-me una mica millor. Em calia a mi mateixa, la meva pròpia i única companyia. En sóc una addicta, i ho sóc molt conscient de ser-ho, i de les seves implicacions. I com tota addicta, la síndrome d'abstinència resulta dura i desagradable. Per això sempre hi recaic, per això difícilment puc canviar de vida si no és molt de mica en mica, amb progressos i regressions. Per això sempre sento aquesta desesperació de tot, de mi, d'això.
dimecres, de març 04, 2009
Érase una vez un taller
04 marzo
Érase una vez un taller
Érase una vez un taller literario cuyo dinamizador empezaba cada nuevo curso diciendo: "La originalidad cuesta... y aquí es donde vais a empezar a pagar... con vuestro orgullo". El dinamizador, a quien para abreviar llamaremos B., era tan simple que pensaba que ninguno de los presentes se daría cuenta de que había extraído esas palabras (con las evidentes modificaciones) de la serie Fama. Acto seguido, de la misma forma que la profesora de danza Lydia Grant (aka Debbie Allen), B. se dedicaba a pisotear sin compasión el amor propio de sus clientes (no les llamaremos alumnos porque nadie va allí a aprender realmente a escribir, sino a comprar un pasaporte a la fama en el estrellato literario a golpe de taller prestigioso). Cogía escritos al vuelo, revoloteaba por la sala, leía fragmentos y los denostaba. Esto está muy visto, esto muy gastado, esto otro es absurdo y plano, esto lo puedes enviar a un concurso de bostezos. Cuando a veces encontraba alguna pequeña pero preciosa perla, entornaba los párpados y miraba gravemente al autor, para decirle de forma seria y amical "no estás preparado, no lo estarás nunca, no debería perder tu tiempo y dinero con esto". Añadía lo mal que le sabía dar esas noticias pero lo extremadamente honrado que resultaba de su parte perder un (ahora sí) alumno y por tanto los emolumentos correspondientes. Pero lo hacía todo "por su bien", por su "felicidad", para evitarle previsibles "insatisfacciones y dolores". El (ahora también) alumno agradecido llora de emoción mientras B., su maestro en el arte de parecer original, posa su mano derecha sobre su hombro mientras con la izquierda le devuelve solemnemente, ostensiblemente, el texto, agitándolo casi imperceptiblemente ante el amor propio de su (a partir ahora) proveedor. Porque el alumno, cliente y ahora proveedor rechaza con un gesto el papel con lágrimas en los ojos, y masculla a B. que se deshaga de él. Que le traerá todas sus toneladas de papel malgastado en pos de una fantasía de la que agradece haber sido arrancado para que su maestro le libere completamente. El alumno, cliente y ya proveedor cumple su palabra y se acerca al cabo de un par de días al despacho de B. cargado con un par de cajas llenas de cuadernos escritos de la primera a la última hoja. B. se muestra comprensivo, solícito, amoroso y consolador. Nuevas lágrimas, más agradecimientos, sueños rotos del todo. A la hora de la cena, B. por fin se queda a solas con su tesoro y pasa las siguientes noches enfebrecido, leyendo, subrayando, anotando, copiando. Sí, señoras y señores, el maestro de la originalidad es (y ha sido y será siempre) un maestro del plagio más vil, infame y sencillo. Al cabo de algunos meses, B. añade unos cuantos recortes de periódico más en las paredes de su despacho. Siempre colecciona las críticas perspicaces que siempre alaban su prolífica producción, su capacidad para cambiar de registro, de estilo, de temática, y todo en tiempos de récord.
Nota: Este texto es pura ficción, cualquier parecido con personas, situaciones y hechos reales es pura coincidencia... por la parte que a mí me toca. Si alguien se ve reflejado o identificado... allá él.
Érase una vez un taller
Érase una vez un taller literario cuyo dinamizador empezaba cada nuevo curso diciendo: "La originalidad cuesta... y aquí es donde vais a empezar a pagar... con vuestro orgullo". El dinamizador, a quien para abreviar llamaremos B., era tan simple que pensaba que ninguno de los presentes se daría cuenta de que había extraído esas palabras (con las evidentes modificaciones) de la serie Fama. Acto seguido, de la misma forma que la profesora de danza Lydia Grant (aka Debbie Allen), B. se dedicaba a pisotear sin compasión el amor propio de sus clientes (no les llamaremos alumnos porque nadie va allí a aprender realmente a escribir, sino a comprar un pasaporte a la fama en el estrellato literario a golpe de taller prestigioso). Cogía escritos al vuelo, revoloteaba por la sala, leía fragmentos y los denostaba. Esto está muy visto, esto muy gastado, esto otro es absurdo y plano, esto lo puedes enviar a un concurso de bostezos. Cuando a veces encontraba alguna pequeña pero preciosa perla, entornaba los párpados y miraba gravemente al autor, para decirle de forma seria y amical "no estás preparado, no lo estarás nunca, no debería perder tu tiempo y dinero con esto". Añadía lo mal que le sabía dar esas noticias pero lo extremadamente honrado que resultaba de su parte perder un (ahora sí) alumno y por tanto los emolumentos correspondientes. Pero lo hacía todo "por su bien", por su "felicidad", para evitarle previsibles "insatisfacciones y dolores". El (ahora también) alumno agradecido llora de emoción mientras B., su maestro en el arte de parecer original, posa su mano derecha sobre su hombro mientras con la izquierda le devuelve solemnemente, ostensiblemente, el texto, agitándolo casi imperceptiblemente ante el amor propio de su (a partir ahora) proveedor. Porque el alumno, cliente y ahora proveedor rechaza con un gesto el papel con lágrimas en los ojos, y masculla a B. que se deshaga de él. Que le traerá todas sus toneladas de papel malgastado en pos de una fantasía de la que agradece haber sido arrancado para que su maestro le libere completamente. El alumno, cliente y ya proveedor cumple su palabra y se acerca al cabo de un par de días al despacho de B. cargado con un par de cajas llenas de cuadernos escritos de la primera a la última hoja. B. se muestra comprensivo, solícito, amoroso y consolador. Nuevas lágrimas, más agradecimientos, sueños rotos del todo. A la hora de la cena, B. por fin se queda a solas con su tesoro y pasa las siguientes noches enfebrecido, leyendo, subrayando, anotando, copiando. Sí, señoras y señores, el maestro de la originalidad es (y ha sido y será siempre) un maestro del plagio más vil, infame y sencillo. Al cabo de algunos meses, B. añade unos cuantos recortes de periódico más en las paredes de su despacho. Siempre colecciona las críticas perspicaces que siempre alaban su prolífica producción, su capacidad para cambiar de registro, de estilo, de temática, y todo en tiempos de récord.
Nota: Este texto es pura ficción, cualquier parecido con personas, situaciones y hechos reales es pura coincidencia... por la parte que a mí me toca. Si alguien se ve reflejado o identificado... allá él.
dissabte, de febrer 28, 2009
¿Por qué escribimos?
Podríamos pasar el rato resolviendo crucigramas, ante el televisor, planchando o simplemente durmiendo. Pero en lugar de hacer esas cosas, u otras, escribimos. Escribimos a mano, en libretas, cuartillas, servilletas de papel, a ordenador en el procesador de textos o en blogs. Vamos poniendo palabras una tras de otra como si ensartáramos cuentas en un collar, corrigiendo, deshaciendo, modificando, preocupándonos por si hemos escrito el verbo "hacer" demasiadas veces, buscando sinónimos para no repetirnos. En definitiva, escribimos. ¿Por qué? Según algunos autores se escribe para embellecer la vida, para dotarla de una estética y una calidad que difícilmente notamos mientras vivimos y que podemos de este modo saborear a posteriori infinitas veces, recreándonos en un placer que, sin duda, es más imaginario que real. Sin embargo, eso no es suficiente. A veces no basta con embellecer la vida escribiendo. Es necesario algo más: escribimos para ocupar el tiempo y la mente en algo aparentemente productivo, para sosegarnos por un rato, para no pensar en las cosas que no nos gustan o bien para organizar nuestros pensamientos. Y aún hay otro motivo para escribir, según algunos críticos literarios: compensarnos a nosotros mismos por las cosas que la vida no nos ha dado, por las razones que sean. Según estos críticos, por ejemplo, Emliy Brönte escribió su única novela para compensarse por la vida solitaria y austera que se había visto obligada a llevar en el páramo. No puedo estar menos de acuerdo con esta idea, ya que me resulta evidente que si la autora escribió ese libro era simplemente porque le apetecía, y sin duda le tuvo ocupada un tiempo redactando, organizando la estructura del texto (el argumento no sigue un orden lineal), corrigiendo y pasando a limpio. Y si pretendía compensarse esa novela precisamente era lo menos apropiado, por su contenido.
Hay que tener en cuenta que cuando llevas un libro dentro pugnando por ser redactado por completo, se convierte en una obsesión que ocupa tu tiempo libre, tus pensamientos, tus actos. Vas por la calle pensando en la historia como otros, a la misma hora y lugar, pueden estar pensando en el ser objeto de su deseo. Caminas con la mente llena de palabras, las ya escritas que quizá pueden ser mejoradas, y las que querrías escribir a continuación, contemplando imágenes surgidas de tu mente que luego plasmarás en el texto, estableciendo conexiones entre los hechos y personajes... Y llegas a casa como poseído y te diriges, falto de tiempo, a vomitar por escrito todo lo que se ha fraguado en tu mente durante el rato que te has visto obligado a alejarte del texto.
Esto no es compensarse con la literatura. Esto entra más en el terreno de las obsesiones, pero en este caso se trata de una obsesión pasajera, de tipo positivo, porque dará lugar a un texto, a un producto, a algo tangible a lo que has dedicado tiempo y trabajo (y el trabajo siempre dignifica, aunque escribir se considere una "actividad menor"). Descarto, pues, el argumento de escribir como compensación. Si uno quiere compensarse, no hace falta que se ponga a escribir: basta con dejar volar la imaginación y sumergirse en fantasías agradables, y si se tercia, puede también dedicarse al onanismo, físico y mental. Escribir es toda otra cosa: un acto obsesivo, que tiende a un fin, y mediante el cual convertimos el mundo en algo más estético a la par que haciéndolo nos distraemos intelectualmente de todo lo que nos cansa, duele, atenaza y asusta o aburre de nuestra vida. Nótese la cursiva de intelectualmente. Es fundamental que nos proporcione distracción intelectual, porque en caso contrario no escribiríamos, sino que dedicaríamos ese tiempo al sexo, o quizá incluso al deporte. Finalmente, escribir es un acto de vanidad: escribir nos "pone", y nos gusta esa sensación de algo parecido al dominio del mundo, nos hace sentirnos pequeños dioses que hacen y deshacen, que crean y destruyen sin motivos personales, sólo porque eso es la clase de cosas que hacen los pequeños dioses, sencillamente porque pueden hacerlo. Porque no todos pueden.
Hay que tener en cuenta que cuando llevas un libro dentro pugnando por ser redactado por completo, se convierte en una obsesión que ocupa tu tiempo libre, tus pensamientos, tus actos. Vas por la calle pensando en la historia como otros, a la misma hora y lugar, pueden estar pensando en el ser objeto de su deseo. Caminas con la mente llena de palabras, las ya escritas que quizá pueden ser mejoradas, y las que querrías escribir a continuación, contemplando imágenes surgidas de tu mente que luego plasmarás en el texto, estableciendo conexiones entre los hechos y personajes... Y llegas a casa como poseído y te diriges, falto de tiempo, a vomitar por escrito todo lo que se ha fraguado en tu mente durante el rato que te has visto obligado a alejarte del texto.
Esto no es compensarse con la literatura. Esto entra más en el terreno de las obsesiones, pero en este caso se trata de una obsesión pasajera, de tipo positivo, porque dará lugar a un texto, a un producto, a algo tangible a lo que has dedicado tiempo y trabajo (y el trabajo siempre dignifica, aunque escribir se considere una "actividad menor"). Descarto, pues, el argumento de escribir como compensación. Si uno quiere compensarse, no hace falta que se ponga a escribir: basta con dejar volar la imaginación y sumergirse en fantasías agradables, y si se tercia, puede también dedicarse al onanismo, físico y mental. Escribir es toda otra cosa: un acto obsesivo, que tiende a un fin, y mediante el cual convertimos el mundo en algo más estético a la par que haciéndolo nos distraemos intelectualmente de todo lo que nos cansa, duele, atenaza y asusta o aburre de nuestra vida. Nótese la cursiva de intelectualmente. Es fundamental que nos proporcione distracción intelectual, porque en caso contrario no escribiríamos, sino que dedicaríamos ese tiempo al sexo, o quizá incluso al deporte. Finalmente, escribir es un acto de vanidad: escribir nos "pone", y nos gusta esa sensación de algo parecido al dominio del mundo, nos hace sentirnos pequeños dioses que hacen y deshacen, que crean y destruyen sin motivos personales, sólo porque eso es la clase de cosas que hacen los pequeños dioses, sencillamente porque pueden hacerlo. Porque no todos pueden.
diumenge, de febrer 22, 2009
Resurrección
Por fin he localizado este blog, que había perdido y del cual casi me había olvidado. Ha requerido unas horas de arqueología durante el fin de semana pero finalmente aquí estoy. También he recuperado, al encontrarlo, los motivos por los cuales empecé a escribirlo, y son unos motivos importantes y para mí necesarios que debo mantener, alimentar, recuperar en definitiva. Porque el tiempo se acaba y nada va a ser eterno, ni siquiera largo. Y hay cosas que creo que merecen ser recogidas y recordadas, o al menos tratadas. Además, qué caramba, esto es como jugar a las casitas. Pones y quitas cosas, cambias la configuración, añades entradas, recuerdas y te maravillas de cómo pasa el tiempo como si vieras crecer a tus hijos.
Subscriure's a:
Missatges (Atom)