dissabte, de març 14, 2009

Le Chevalier de la Charrette

Le Chevalier de la Charrette, también conocido como Lancelot du Lac, es el héroe a quien paradójicamente ya le da igual todo. Es héroe a su pesar, y precisamente por eso puede ser héroe. Sólo cuando nos volvemos indiferentes y dejan de atenazarnos temores y deseos podemos actuar realmente al margen de las consecuencias, sin que nos importen o preocupen, y eso permite realizar actos que serán vistos por los espectadores como heroicos, cuando no temerarios. ¿Por qué Lancelot se sume en este estado en que le importa lo mismo vivir que morir? Simplemente, porque ha llegado a su límite como ser humano, como caballero, como fin'amant, porque se deshonró subiendo a una carreta infamante para poder acudir al rescate de su reina, quien luego precisamente le desprecia por ello, por ser débil y no mantenerse firme como le corresponde. Lancelot ha llegado a un extremo de degradación moral y personal que le hace actuar como un autómata, sin ganas de vivir, pero también sin especiales ganas de morir. Como sin objetivo todo sí resultaría de una inutilidad absoluta, se mantiene firme únicamente en lo que respecta a la consecución de su propósito inicial, aunque ya vacío de la pasión que le movió un día. Rescatará a la reina para que vuelva con su rey y optará a una única noche de gozo supremo que le devolverá momentáneamente sus sentidos, sus capacidades, su de nuevo paradójica nobleza, sólo recuperada mediante el adulterio que debería deshonrarle.

Pero Lancelot se pierde nuevamente, y esta vez sin remisión, ya que sabe que no volverá a solazarse con la reina. Otra vez Lancelot cae en la apatía, en la indiferencia, en el heroismo aparente. No nos engañemos, Lancelot no es un héroe, simplemente es que le da igual todo. Es fácil ser un héroe cuando no te importan las consecuencias de tus actos, ni temes por tu vida porque vivir o morir te resulta indiferente: las conductas de riesgo dejan de parecértelo. Y algunas de esas conductas arriesgadas dan frutos que serán admirados y magnificados luego mientras que para el supuesto héroe no han significado nada, ni las ha hecho pretendiendo nada.